dimarts, 19 de febrer del 2019

BOLITA DE LUZ


BOLITA DE LUZ
 
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Hace muchos años, cuando las piedras todavía hablaban, había una bolita de luz que siempre seguía su camino junto con sus compañeras. Salían del sol, iluminaban, calentaban, derretían… Hacían todo lo que hacen las bolitas de luz.
Más allá, se veía a todas las gotas de agua siguiendo también su camino. La bolita de luz las observaba todos los días. Subían como vapor, caían de las nubes, fluían por ríos y océanos y volvían a subir. La bolita deseaba con toda su luz poder seguir ese camino, pero ya se encargaban las demás bolitas de decirle que eso no era posible:

—¡No digas tonterías! ¿Cómo vas a seguir el camino de las gotas de agua? Eres una partícula de luz y tienes que aceptar tu camino. 

La bolita se ponía triste cuando le decían eso, pero pensaba que algún día seguiría a esas gotas de agua y haría su camino.

—”¿Por qué no puedo seguir un camino diferente si no molesto a nadie?” —se preguntaba una y otra vez la bolita.

Hasta que un día, cansada ya de soñar, cambió de dirección y puso rumbo hacia las gotas de agua. Por el camino se perdió, le regañaron, tropezó… Pero ella seguía flotando hacia las gotas de agua porque era lo que más quería en el mundo. Por fin llegó al flujo de las gotas de agua y, cuando se unió a ellas, apareció un gran arco lleno de colores.

Así fue como nació el arcoiris. Cuando una pequeña bolita de luz decidió cambiar su camino haciendo aparecer un arco lleno de ilusiones y superación.
























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